Publicado en Clarín
Beate y Serge Klarsfeld suelen ser presentados como “cazadores de nazis”. Pero esta pareja es mucho más que eso: representan una buena parte de la historia de la Europa de la desnazificación, que aún hoy con el resurgimiento de la ultraderecha en el viejo continente cobra más significado que nunca.
De contextos tan disímiles como unidos por la historia de la posguerra, Beate era hija de un soldado de la Wehrmacht -las fuerzas armadas nazi- y Serge, de un judío rumano muerto en Auschwitz. Pero un viaje de juventud como niñera de Beate a París hizo que se conocieran -sí, como en una película- en una estación de tren y se enamorasen inmediatamente.
En ese amor encontraron algo similar a una misión: a través de escraches y un constante señalamiento de nazis en cargos públicos, la pareja recorrió el mundo esquivando amenazas y situaciones peligrosas para dar con nazis que ocuparon altos cargos en el régimen que se extendió entre 1933 y 1945.

Entre los casos más conocidos se encuentra Klaus Barbie, alto oficial de la SS que cometió incontables crímenes de lesa humanidad. Ocultado bajo el apellido Altmann, fue llevado en Francia desde Bolivia ante los tribunales por su intervención. O un viaje que realizó en 1984 a Chile para pedirle a Augusto Pinochet que extraditara a Walter Rauff, otro jerarca de las SS.
Y, claro, el episodio más recordado: el 7 de noviembre de 1968, durante un congreso de la Democracia Cristiana alemana (CDU) en Berlín, Beate se hizo pasar por periodista y le dio un tremendo cachetazo al canciller de la por entonces República Federal Alemana, Kurt Georg Kiesinger, vicedirector de propaganda radiofónica del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (NSDAP) deAdolf Hitler.

Además, lograron llevar a juicio en Alemania en 1979 a Kurt Lischka, Ernst Heinrichsohn y Herbert Hagen, tres nazis responsables de la deportación de miles de judíos de la Francia ocupada. En mayo de 1977, Beate visitó Argentina durante la dictadura para condenar las violaciones de los derechos humanos y advertir sobre el aumento del antisemitismo en el país.

Beate y Serge publicaron una biografía cruzada, donde uno habla del otro: resulta un libro atrapante que no es sólo una historia de una época, sino un relato de amor, odio, pérdida y, por supuesto, de conciencia histórica. (Ver más abajo) Beate, de visita en Argentina junto a su hijo Arno, fue declarada junto a Serge ciudadana ilustre de la Ciudad de Buenos Aires. Habló con Clarín.
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